La Décima y sus variantes de mayor difusión


Ejemplos:
Composiciones           Permutaciones
 internas                     de versos
              4 + 6                a b b a . c d c d c d
              6 + 4                a b c a b c . d e e d
              5 + 5                a b b a b . c d c d c
              5 + 5                a b b a b . c c d d c


Combinación a b b a b . c c d d c

“Verdadera Relación de la Conquista del Perú”
Francisco de Jerez (1497 – 1565)

a     Oh, Cesárea Majestad,
b     Emperador: Rey de España
b     y de la Gran Tierra extraña
a     nueva, y demás cuantidad,
b     que el Gran Océano baña:
c     invicto sémper augusto
c     suplico no os dé mal gusto
d     el poner ejemplo en vos,
d     como pocas veces Dios
c     favoresce sino al justo.


Variantes de mayor difusión:

1- Copla real: Conjunto de 10 versos octosílabos ordenados según la siguiente fórmula:

a b a a b . c d c c d

“Que cosa es amor”
Jorge Manrique (1440 – 1479)

a     Es amor fuerza tan fuerte
b     que fuerza toda razón;
a     una fuerza de tal suerte
a     que todo seso convierte
b     en su fuerza y afición;
c     una porfía forzosa
d     que no se puede vencer,
c     cuya fuerza porfiosa
c     hacemos más poderosa
d     queriéndonos defender.

2- Espinela: Es una estrofa de 10 versos preferentemente octosílabos y por lo general de rimas consonantes o perfectas.
En el siglo XVII, Lope de Vega, su principal divulgador, aceptó y afianzó el nombre de “espinela” en honor a Vicente Espinel, poeta nacido en Ronda (Andalucía) que había usado la estructura definitiva de esta modalidad estrófica en 1591, que consiste en 10 versos octosílabos con pausa obligatoria en el cuarto y cuatro rimas perfectas, distribuidas según la siguiente fórmula:

a b b a . a c c d d c

“La fingida Arcadia”
Tirso de Molina (1584 – 1644)

a     - ¡Lucrecia del alma mía!
b     - ¿De vuestra alma? Debe ser
b     alma, Tirso, de Alquiler
a     con huéspedes cada día.
a     Quien de españoles se fía
c     llora engaños como yo;
c     quien jardineros creyó
d     funde en flores su esperanza,
d     símbolos de la mudanza,
c     rosas hoy, mañana no.

La décima es una estrofa “con suerte” hispánica por excelencia, nació cuando ya existía el idioma, y si bien se le puede anotar remotos antecedentes latinos y, menos distantes en el tiempo, de la poesía árabe o arábigo – hispánica, su cualidad de estrofa es una formación autóctona española.
El contexto contemporáneo de la décima, territorialmente hablando, sobrepasa su cuna andaluza, su extensión ibérica peninsular y su influjo sobre otros idiomas, localizable en el antiguo provenzal y luego en el francés e italiano y quizás – y no por mera traducción – hasta el inglés. Su verdadera trascendencia consiste en la vasta extensión americana que esta estrofa ha logrado, sobre todo a partir de la espinela, cuyo empleo en la oralidad, en la poesía cantada, de improvisación y careo (controversia) entre poetas populares, se convirtió desde el siglo XVIII en una tradición en América Latina.
Puede afirmarse que es el único molde hispánico de origen “culto”, que encontró gran aceptación en las poesías escrita y oral. Es, asimismo, un puente cultural entre naciones que se expresan en español y portugués, una manifestación identitaria, un rasgo común de la lírica hispano – lusitana. Si bien posee peculiaridades llamémosles anexas en cada país que se emplea (en la música y las tonadas con que se cantan, los modos en que se versifican, los temas que se prefieren, etc.) lo fundamental estrófico aparece constante en la mayoritaria aceptación de la espinela.
En el orden particular, los seis siglos de laboreo sobre la estrofa de diez versos han traído también una tradición de notables poetas que pueden ser paradigmáticos; citemos a Gómez Manrique en el siglo XV, a Vicente Espinel en el XVI, a Lope de Vega, Miguel de Cervantes, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca o sor Juana Inés de la Cruz en el amplio lapso del Siglo de Oro. Posteriormente se distinguirán con versos decimistas poetas entre Rubén Darío y Jorge Guillén, en toda América y España, en tanto en la poesía popular trascienden los nombres del argentino José Hernández, la chilena Violeta Parra, el peruano Nicomedes Santa Cruz, los cubanos Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé) en el siglo XIX, y Jesús Orta Ruiz (el Indio Naborí) en el XX, el dominicano Juan Antonio Alix o el alpujarreño Miguel García (Candiota), muy diferentes entre ellos.

* La décima es una estrofa que como tal empieza a gestarse en los albores del Renacimiento (Movimiento europeo que a lo largo del siglo XVI aplica los ideales difundidos por los humanistas a todas las actividades culturales (literatura, bellas artes, filosofía, historia) e incluso a la política. En todas estas actividades se adoptan modelos clásicos (que renacen, adaptándose a la nueva época).
Con el Renacimiento se impulsa la creación de Estados fuertes con vocación imperial (como Roma). Por eso se potencia también la Lengua vulgar.
Todos los escritores intentan imitar a los grandes maestros latinos (Virgilio, Horacio...) y a los italianos (Petrarca y sus seguidores). La imitación estaba bien vista; de hecho no se consideraba buen escritor al que no imitara a los antes citados o a la naturaleza; pero considerando que imitación es algo muy diferente de plagio.

“Versos grabados en las Casas Consistoriales de Toledo”
Diego Gómez Manrique (1412 – 1490)

a     Nobles discretos varones
b     que gobernáis a Toledo,
a     en aquestos escalones
a     desechad las aficiones,
b     codicias, amor y miedo.
c     Por los comunes provechos
d     dexad los particulares.
d     Pues vos fizo Dios pilares
c     de tan riquísimos techos,
c     estad firmes y derechos.

* Vicente Espinel (Vicente Gómez Martínez – Espinel) nació el 28 de diciembre de 1550 en Ronda (Málaga, España) y murió en Madrid el 4 de febrero de 1624. Fue escritor y músico del Siglo de Oro. A partir de sus “Diversas Rimas” de 1591, transformó la estructura de la Décima. En la música se hizo famoso por dar a la guitarra su quinta cuerda.

“Décimas de una galán aborrecido”
(abba . accddc)
incluidas en “Diversas Rimas” de 1591.

a     No hay bien que del mal me guarde,
b     temeroso y encogido,
b     de sin razón ofendido
a     y de ofendido, cobarde.
a     Y aunque mi queja ya es tarde
c     y razón me la defiende,
c     más en mi daño se enciende
d     que voy contra quien me agravia
d     como el perro que con rabia
c     a su propio dueño ofende.

a     Ya esta suerte que empeora
b     se vio tan en las estrellas
b     que formó de mis querellas
a     de quien yo las formo agora.
a     Y es tal la falta, señora,
c     deste bien, que de pensallo,
c     confuso y triste me hallo
d     que si por vos me preguntan
d     los que mi daño barruntan,
c     de pura vergüenza callo.

a     Suele decirme la gente
b     que en parte sabe mi mal
b     que la causa principal
a     se me ve escrita en la frente.
a     Y aunque hago de valiente
c     luego mi lengua desliza
c     por lo que dora y matiza,
d     que lo que el pecho no gasta
d     ningún disimulo basta
c     a cubrillo con ceniza.

a     Si me os nombran, o si os nombro
b     vivo lleno de cuidado
b     de ordinario recatado
a     con la barba sobre el hombro.
a     Que de mil cosas me asombro
c     porque en mi poca ventura
c     no está mi suerte segura,
d     que quizás dicen las lenguas
d     que ha sido por propias menguas
c     lo que fue por desventura.

a     A vos presentar os quiero
b     desta verdad por testigo
b     que a un declarado enemigo
a     os tengo por verdadero.
a     Que aunque desdeñado muero
c     ser sin razón desdeñado
c     no es, por lo que en mí ha faltado
d     que en todo el discurso nuestro
d     tan buen gusto como el vuestro
c     no pudo ser engañado.

a     Sola esta satisfacción
b     me queda de tantos daños
b     que nunca en tan largos años
a     os enfadó mi razón.
a     Mas ya para mi pasión
c     podrá ser lo que neguéis
c     que cuando queréis podéis,
d     pero a tan grave delito
d     resta vivo un sobrescrito
c     que de mi letra traéis.

a     Esto da fuerza a mi fe
b     a que su intento prosiga
b     y vuesa merced no diga
a     desta agua no beberé.
a     Podrá ser, que lo que fue
c     torne a ser como primero,
c     que en vuestra clemencia espero
d     y no he de desesperar
d     que no será justo echar
c     la soga tras el caldero.

a     El pensamiento cansado
b     del importuno dolor
b     busca el estado mejor
a     (si en amor hay buen estado),
a     que a un pecho tan lastimado
c     ni la gloria le alimenta,
c     ni la pena le atormenta,
d     que elevada la memoria
d     ni siente pena ni gloria,
c     ni el bien ni el mal le sustenta.


Espinela “Si no vieran las mujeres”
Lope de Vega Carpio (1562 – 1635)

Dicen que Palas dormía
en una selva, quitada
la guarnecida celada
de plumas y argentería,
y Venus por bizarría
se la puso, a quien severo
dijo Amor: madre, no quiero
esos laureles y palmas,
con almas se matan almas
que no las armas de acero.



“El trato de Argel”
Miguel de Cervantes Saavedra (1547 – 1616)

a     Trescientos escudos di
b     Aurelio, por la doncella.
b     Esto di al turco; que a ella
a     alma y vida le rendí.
b     Y es poco, según es bella.
c     Vendiéndomela de aburrido,
c     que dice que no ha podido
d     mientras la tuvo en poder,
d     en ningún modo atraer
c     al amoroso partido.


Espinela “Al Marqués de Guadalcázar: De las Damas de Palacio”
Luis de Góngora y Argote (1561 – 1627)

Mucho tiene de admirable
la deidad de Monterrey,
pues al mismo amor da ley
por lo bello y por lo afable;
cuando dulcemente hable
cuando dulcemente mire,
¿quién habrá que no suspire?
Cuando corone su frente
de los rayos del Oriente,
¿quién habrá que no se admire?


Espinela “Sobre el estado de la Monarquía”
Francisco de Quevedo y Villegas (1580 – 1645)

Toda España está en un tris
y a pique de dar un tras;
ya monta a caballo más
que monta a maravedís.
Todo es flamenco país
y toda cuarteles es;
al derecho o al revés
su paz alterado han
el rebelde catalán
y el tirano portugués.



Espinela “A Lope de Vega Carpio”
Pedro Calderón de la Barca (1600 – 1681)

Aunque la persecución
de la envidia tema es sabio
no reciba della agravio,
que es de serlo aprobación.
Los que más presuman, son,
Lope, a los que envidia das
y en su presunción verás
lo que tus glorias merecen;
pues los que más te engrandecen
son los que te envidian más.



Espinela “A la marquesa de La Laguna”
Sor Juana Inés de la Cruz (1651 – 1695)

Bien puedo formar querella,
cuando me digas en calma,
de que me robas el alma
y no te animas con ella;
y cuando altivo atropella
tu rigor, mi rendimiento,
apurando el sufrimiento,
tanto tu piedad se aleja,
que se me pierde la queja
y se me logra el tormento.


Espinela “Al poeta Campoamor”
Rubén Darío (1867 – 1916)

Este del cabello cano
como la piel del armiño,
juntó su candor de niño
con su experiencia de anciano.
Cuando se tiene en la mano
un libro de tal varón
abeja es cada expresión,
que volando del papel
deja en los labios la miel
y pica en el corazón.



“Desnuda perfecta” incluida en “Epigramas”
Jorge Guillén (1893 – 1984)

a     ¿Toda luz no espera elegancia,
b     no exige forma a tanta vida?
a     Que los alfileres de Francia
b     preparen la Venus vestida.
c     Cheques firme, por tanto, Creso
c     para que el régimen de exceso
d     transforme en pulcritud el mal
e     a que un demonio le condujo.
e     ¿Conformar a Venus es lujo
d     o la creación capital?


Espinela “Martín Fierro” 1239 – 1248
José Hernández (1834 – 1886)

En esto la negra vino,
con los ojos como ají,
y empezó la pobre allí
a bramar como una loba.
Yo quise darle una soba
a ver si la hacía callar;
mas pude reflesionar
que era malo en aquel punto,
y por respeto al dijunto
no la quise castigar.


Espinela “Una décima autobiográfica”
Violeta Parra (1917 – 1967)

Pa’ cantar de un improviso
se requiere buen talento,
memoria y entendimiento,
fuerza de gallo castizo.
Cual vendaval de granizos
han de florear los vocablos,
se ha de asombrar hast’el diablo
con muchas bellas razones,
como en las conversaciones
entre San Pedro y San Pablo.


Espinela “Al compás del socabón”
Nicomedes Santa Cruz (1925 – 1992)

Cuando con amor profundo
yo le canto a mi país
soy el hombre más feliz
que pueda haber en el mundo.
Aquel precioso segundo
que llaman inspiración
lo dedico a mi nación
cantando a mi suelo amado
Décimas de Pie Forzado
al compás del socabón.



Espinela “Mi hogar”
Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé) 1829 - 1862

A la orilla de un palmar
que baña el fértil Cornito
a la sombra de un caimito
tengo mi rústico hogar.
Esbelto como un pilar
domina montes y llanos,
el viento arrulla los guanos
de su bien hecha cobija,
y esta habitación es hija
de mi ingenio y de mis manos.



Espinela “Viajera peninsular”
Jesús Orta Ruiz (el Indio Naborí) 1922 – 2005

Viajera peninsular
cómo te has aplatanado
qué sinsonte enamorado
te dio cita en el palmar.
Dejaste viña y pomar
soñando caña y café
y tu alma española fue
canción de arado y guataca
cuando al vaivén de una hamaca
te diste al Cucalambé.



Espinela “Al público”
Juan Antonio Alix (1833 – 1918)

Ya que el público lo manda
diremos por la presente,
que el día siete del corriente
por la noche, en Otra Banda
de pilluelos una tanda
y de armamento provista,
después de pasar revista
a siete chivos robados,
dieron muerte los malvados
al pedáneo Juan Batista.



Espinela Miguel García (Candiota) 1936 –

El trovo es la luz más pura
que a mí me va iluminando,
con él me voy alumbrando
el campo de mi cultura.
Si no soy una figura
soy un trovero genial
y en este mundo ambiental
hay una gracia conmigo,
que todo lo que yo digo
es de la luz natural.

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3 comentarios:

  1. Muy interesante su blog sobre la décima solo quiero hacer notar que ya se ha descartado a Vicente Espinel como el inventor de la décima Espinela, ahora se cree que fue Juan de Mal Lara.
    Felicitaciones

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    Respuestas
    1. Interesante su comentario pero no me dice quiénes han descartado a Vicente Espinel como el inventor de este tipo de estrofa. Saludos.

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  2. Desde Uruguay apoyo a Felipe en su opinión ya que existe una importante polémica en cuanto se adjudicó a Espinel la creación de Mal Lara por los interesados oficios de Lope de Vega ante el Tribunal del Santo Oficio.

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